viernes, 30 de diciembre de 2011

Rencor I

A ella le pareció que podía confiar en mí y decidió contarme que salía con él desde hacía tres años.Todo tuvo sentido en ese momento. Las mentiras, los olvidos y los cansancios eran lógicos. El pobre no tenía estado físico para respondernos a las tres.

sábado, 29 de octubre de 2011

Libertad

Cuando le dijo a su padre que pensaba huir hacia Bogotá, él, tímidamente,  la alentó a que lo hiciera. Ambos llevaban demasiado tiempo soportando los insultos de la madre y los dos hijos varones. El padre nunca sería capaz de hacer lo que haría su hija, por eso, hizo lo que pudo para darle ánimo en su aventura. Ella fingió salir para la escuela y él para el trabajo. Antes de subirse al bus, él la bendijo y la besó en la frente. Se sintió tan orgulloso de ella que dejó escapar un par de lágrimas. Fueron más de diez horas de carretera, ella  se mantuvo despierta. Al llegar al terminal los agentes de policía la detuvieron confundiéndola con una ladrona y la encerraron en prisión. Él a veces la llama por teléfono y le pide que le cuente cómo es eso de la libertad.

jueves, 20 de octubre de 2011

Intromisión

 Acostumbraba a olvidar que había mentido y siempre metía la pata. Una vez me dijo por celular que se encontraba en otro lugar, mientras yo lo observaba por la ventana de su casa. Sentía un enorme placer espiando cada uno de sus movimientos, los de él, que siempre estaba protegiendo su vida privada, solo para hacerse el misterioso pues en realidad no tenía nada que ocultar. A veces lo veía  durante horas mirando a un mismo punto y al día siguiente me decía que había estado en una reunión de negocios. Minutos después cuando le preguntaba detalles de la reunión, no sabía de qué  le hablaba. Aseguraba ser una persona muy ocupada, pero era en realidad una persona muy sola. No volví a saber de él desde la madrugada en  que a hurtadillas se subió a un taxi con un par de maletas.

jueves, 18 de agosto de 2011

La llorona


La primera vez que lloró sin parar consiguió que le complacieran el capricho solicitado. Ella notó que ni siquiera su padre, amándola como la amaba, tendría la paciencia suficiente para no sucumbir ante un par de horas de llanto. Solo pasaron unos días cuando debió acudir de nuevo a su recién descubierta estrategia. La profesora envió una citación a casa por ciertas situaciones acaecidas en el salón de clase que consideró debía discutir con el acudiente. Unos segundos antes de entregar el  papel rompió en un llanto tan sonoro y dramático que su padre para calmarla le prometió que no regresaría más a ese colegio.
Llevaba varios años escudando su vida tras el llanto cuando decidió probar suerte con el hurto. Había varias cosas que deseaba tener, pero que no conseguiría con la miseria que le daba su padre todas las semanas. Fue en ese entonces cuando llegó a nuestra institución. Había sido capturada con un teléfono celular y veinte mil pesos que le había arrancado a una mujer mayor en un bus. Con nosotros solo estaría durante un par de días, mientras era trasladada al lugar donde llevaría un proceso por responsabilidad penal. Pronto fue conocida como la Llorona, se había hecho habitual que llorara por el agua fría, por el almuerzo que no le gustaba o por las razones que esgrimía cuando el psiquiatra la interrogaba acerca de su comportamiento delictivo. Nadie quería compartir su tiempo, su espacio o su almuerzo con ella, por temor a herir su susceptibilidad. Por supuesto, también lloraba por eso. El día que se decidió su traslado, inició su espectáculo argumentando no querer dejar el lugar. No valieron palabras de aliento ni toda clase de intervenciones. En un segundo, sus brazos y piernas contrahechos por la histeria y su llanto infinito cumplieron con su cometido y el traslado se detuvo. Desde entonces, intentamos sin éxito que se vaya. Ha sido testigo del traslado de muchas de sus compañeras, incluso les ha dado apoyo a las que  intentan  su mismo truco para evitar irse. No debería decirlo, pero ya me acostumbré a su llanto y tal vez lo extrañe.

domingo, 7 de agosto de 2011

Una mala inversión

Duró vestida  de enfermera varias horas después de haberse dado cuenta que él no iba a llegar.  Había recorrido varias tiendas de disfraces buscando el traje  más sexy,  más vulgar y más a su medida. Nunca había hecho nada como eso, pero complacerlo a él era lo que mas deseaba en la vida y volcó todas sus expectativas en esa noche. Él sería el doctor y ella la enfermera,  su relación había llegado a ese punto maravilloso donde cualquier cosa era posible. Ella no podía estar más complacida por su suerte, había encontrado a alguien que no le impedía vivir, solo era su amigo y su amante, no la amarraba a él nada distinto a lo bien que la pasaban juntos. Seguro sería una noche de varios orgasmos, ella le diría que quería hacer el amor en un lugar distinto de la cama como siempre y él seguro la besaría desde el instante en que ella le abriera la puerta. Ella hacía caso omiso de los defectos que había ido descubriendo en él, porque no estaba dispuesta a perder lo que tenían cuando estaban juntos. Ni cuando había estado perdidamente enamorada se sintió tan  a gusto. Algunas veces la había plantado y otras le había mentido,en ocasiones él afirmó estar en un lugar y ella lo vio en otro,sin embargo, lo justificaba con explicaciones pobres que rescataban el valor que ella le había dado a su relación. Miró varias veces el reloj, comprobó que su celular estuviera cargado y que el timbre tuviera suficiente volumen, permaneció durante un largo rato de pie para no arrugar su traje, vio demasiadas veces por la ventana y notó cómo se fue apagando la ciudad. El frío le impidió continuar con el traje puesto hasta que amaneciera, se puso la pijama muy a su pesar y las lágrimas le impidieron conciliar el sueño.
Al día siguiente cuando quiso preguntar, él respondió que estaba trabajando y que su vínculo no lo obligaba a dar una explicación, y que pensándolo bien ellos ya no eran nada.  Días después, cuando ella necesitó el dinero gastado en el alquiler del traje, se sintió estúpida y perdida.

jueves, 4 de agosto de 2011

Final

Al hombre ya se le había ido la vida cuando llegué a la puerta, de nada valieron los masajes cardiacos y la respiración artificial aplicadas mientras llegaba la ambulancia. El letrero dice muy claramente 'Centro de Emergencia Psicosocial'. Sin embargo, no es la primera vez que nos confunden con un lugar de atención de urgencias, y llega gente esperando que le salvemos la vida. He visto algunos muertos, pero este y su camisa roja estuvieron demasiado rato esperando a ser recogidos por la parca, y yo debí pasar por encima para entrar a mi oficina. Los hombres con sus trajes espaciales conversaron animadamente mientras le sacaban fotografías y  tomaban sus huellas, lo envolvieron en una bolsa, y se lo llevaron junto al que habían cargado minutos antes. No supe su nombre. Su familia, si es que la tuvo, estará enterrándolo hoy, ya deben haber olvidado si alguna vez se equivocó, incluso que se equivocó al buscar atención en un lugar de reclusión de adolescentes consumidores de droga.

miércoles, 20 de julio de 2011

Pesadilla

No quise quedarme a oir los detalles de la violación que la niña aseguraba haber presenciado. Su sangre fría me tenía  al borde de la náusea,  creí que su condición de prostituta la habría hecho  indiferente, cosa que yo jamás sería frente a una historia de esas. Días después cuando nos despertó a todas con sus gritos de terror, entendí que hace rato gritaba y yo no la había sabido escuchar.

jueves, 14 de julio de 2011

Anuncio

La idea del suicidio no viene a mí con frecuencia, confieso que la contemplé seguido en la época en que me enteré de la enfermedad de mi hijo porque realmente creí que no la manejaría, claro que después de años de convivir con eso, he llegado a reprocharme tanto escándalo, ya que en comparación con otras enfermedades, la de mi hijo ha sido una tontería. Hoy he recibido la noticia de que ya no viviremos juntos. Ni la escritura puede dar cuenta del vacío que me produce saberlo. Mi primer pensamiento fue una vez más el suicidio, lo acepto.
Ya han pasado algunas horas y han venido a mi cabeza todas las posibilidades de cosas por hacer, y que no he hecho, por estar convencida de que una mamá debía estar pegada a su hijo, solo me queda algo por preguntar.... cuándo te vas?

domingo, 10 de julio de 2011

Conversación en un bus

 Hoy ha amanecido el cielo con nubes de todos los colores. Los noticieros  ocupan su espacio en hablar de este extraño fenómeno,algunos aseguran que la biblia lo dice, la ciencia aún no se pronuncia al respecto. Yo, solo esperaba que ocurriera. Ayer escuché una conversación en el bus de regreso a casa, y aunque no entendí mucho al principio, supe que algo pasaría.

-Esta buseta pasa por la cientocuarenta?
-No sé caballero, yo me bajo antes.... pero por favor siéntese, ya alguien le indicará donde debe bajarse
-Gracias, muy amable, sí, necesito sentarme, la contaminación me tiene asfixiado.
- No se preocupe, le piensan cambiar el color a las nubes.
- Eso no se puede, son cosas de  Dios.
-Claaaaaro que se puede, ya verá! Hay un proyecto de ley en curso.
-A la luna ya la han intentado visitar y no han podido.
-Ya fueron!!
-Eso no se puede, son cosas de Dios.
-Estuvieron en el 69.
-Eso no se puede, son cosas de Dios.
-Usted está loco.

El incrédulo se bajó indignado y yo me senté junto al hombre que anunciaba el fenómeno.  Grandes cosas seguirán pasando.


lunes, 13 de junio de 2011

Los mimos de mamá

Es inevitable al hablar de mamá pasar por alto algunos de sus insultos más poéticos. Entre mis favoritos están "maldito el momento en que quedé embarazada de usted" y "pedazo de carne podrida".
Por más esfuerzo que haga, no recuerdo nada chistoso, tierno o maternal de su parte.  Agradezco a mamá  por enseñarme el rencor, la decepción y la tristeza. Ella me hizo más fuerte. Además, sin su valioso aporte no hubiera podido escribir.

domingo, 12 de junio de 2011

Noctámbula

Tengo una vecina que enciende su radio desde tempranas horas de la madrugada, y por supuesto, me despierta. Me recuerda a mi madre. Cuando éramos niños, lo normal era que entrara a nuestra habitación varias veces en la noche con la excusa de pasar el trapo para sacudir el polvo, y hasta con la aspiradora encendida. Si alguno cometía el atrevimiento de molestarse, ella de inmediato empezaba a sacarle en cara lo poco que la habíamos dejado dormir durante la noche cuando éramos bebés, y le gritaba que por eso, por nuestra culpa, su horario nocturno se había convertido en el de actividad. Así que simplemente nos despertábamos con resignación y esperábamos a que terminara.  Durante la mañana había que caminar de puntillas para no perturbar su ya perturbado sueño, del cual éramos responsables. Si alguna vez sonaba el teléfono o el timbre antes de la hora del almuerzo, entrábamos en pánico porque sabíamos cuál sería su reacción. A veces es necesario recordar historias como esta, para quitarme de la cabeza esas ideas estúpidas de que me hace falta mi mamá.

viernes, 10 de junio de 2011

Cuarta dimensión

En mi apartamento de un poco más de cuarenta metros cuadrados se han desaparecido las tijeras, el cuchillo de la cocina, una caja de madera y recientemente las llaves. Se tejen varias teorías al respecto. Algunos se arriesgan a decir que tal apartamento no existe y que en realidad sigo viviendo  con mi madre, y que así será para siempre. Quienes han estado allí afirman que los objetos perdidos, o el lugar, no son más que representaciones de eventos particulares, y parte de un episodio psicótico producido por alguno de dichos eventos.
Yo puedo decir a mi favor que ya no le doy mi dirección a nadie, porque temo que si me visitan vayan a robarme.

martes, 7 de junio de 2011

Amor

Me he acostumbrado tanto a sus mentiras, que a pesar de saberlo en otro lugar me digo "está en una reunión", "tiene mucho trabajo", "su vuelo se retrasó".
Cuando llega a casa, mientras me abraza, escucha todo lo que tengo que decir, y me llama Amor.

domingo, 5 de junio de 2011

El portero de Reinaldo Arenas

La primera vez que tuve ese libro en mis manos fue en la librería Barnes & Nobles cerca de Union Square; en Manhattan, no lo compré por mi absurda manía de conservar el dinero hasta el último momento de los viajes en caso de surgir  un imprevisto. Leí las primeras cincuenta páginas mientras mi hijo recorría todos los pisos de la librería en busca de libros bélicos. Me prometí que regresaría por este si no sufriamos ningún accidente en los días siguientes. Cuando estuve de vuelta en mi casa lamenté no haberlo comprado desde que lo vi, ya que no hubo tiempo de regresar a buscarlo. Un par de años después conseguí que alguien me lo trajera de París, más exactamente de  la Shakespeare and Company en la Rue Bucherie; cuando iba en la página 51 lo olvidé en la sala de espera de un consultorio, al regresar a buscarlo, hace rato había desaparecido, intenté recuperarlo haciendo mi primera compra por internet; consigné el dinero y el libro nunca llegó.Un par de semanas atrás,  en mi primera visita a Ciudad de México lo primero que hice al entrar a la librería Gandhi que está frente al Palacio de Bellas Artes fue buscar y comprar mi esquivo libro, hoy llegué a la página 51 de nuevo, así que no me pienso mover hasta terminar.

miércoles, 25 de mayo de 2011

El paraíso perdido

Tardó en notar que algo extraño sucedía en su matrimonio, eran otros tiempos y cualquier cosa que tuviera que aprender no sería función de su mamá enseñársela. Su marido se haría cargo. Claro, si supiera de qué debía hacerse cargo. A él tampoco le habían explicado nada acerca de los placeres de la vida, así que simplemente se casaron porque lo lógico era casarse. Y se dedicaron a dejar que la vida les pasara. Un día cualquiera alguien le preguntó  para cuándo dejaría el tema de los hijos, y ese alguien, al notar sus respuestas desacertadas notó que ella no sabía de qué estaba hablando. Necesitó varios días para recuperarse de su asombro al recibir tamaña explicación acerca de lo que se había estado perdiendo durante toda su vida. Se preguntaba cómo abordaría a su marido para compartir con él su conocimiento. Probó cambiando su vestuario, desnudó algunas partes de su cuerpo como por casualidad, abrió su boca en varias ocasiones cuando  un beso de buenas noches se lo permitió. Siempre encontró reacciones acompañadas de quejas por su atrevimiento y su exceso de babas. Pronto perdió la paciencia y empezó a detestarse a  sí misma,  por no ser capaz de seducir a su marido, y a detestarlo a él, por no entender sus mensajes. El día que decidió ponerle fin a esta situación y cortar el problema de raíz, al despertar encontró una nota sobre la almohada que decía: "Es mejor que me vaya, hace días que te tengo pánico y te creo capaz de cualquier cosa"

miércoles, 18 de mayo de 2011

Todavía no

Uno de los pocos días en que sí le gusta la vida, se topa con una ambulancia que recoge un cadáver justo en el edificio donde vive. Siente un vacío que le llega hasta los pies, teme lo peor. Claro que también pudo ser el viejo del 204 que hace tiempo estaba muy mal. Era desesperante oirlo toser todas las noches, aunque tal vez no haya sido él. Está paralizada y no sabe qué hacer. Algunas personas en la calle de enfrente se han reunido a comentar los hechos. Le parece que la miran con lástima. A lo mejor nadie se ha fijado en ella y a ella solo le parece;sin embargo, no entrará por ahora, da vuelta a la esquina y decide irse al cine en busca de esa película que hace rato espera ver.

lunes, 9 de mayo de 2011

Reinauguración de la herida

Ese desconocido que pasa de largo sin quitarme los ojos de encima, es el mismo  que me decía en otra vida que nunca se iría de mi lado.

jueves, 5 de mayo de 2011

Los juicios de los demás

Todo comenzó cuando la gente empezó a temerle a mis licencias literarias. Mi mejor amiga me dijo que podía confiar en ella y que si estaba pensando en acabar con algunos miembros de mi familia, ella tenía un buen psiquiatra que podría ayudarme, Al principio no pude contener la risa  ya que me consideraba absolutamente normal, y creía luchar contra mis fantasmas a través de la escritura. Me negué a recibir ayuda pues estaba segura de no necesitarla. De un momento a otro fueron más los que  empezaron  a preocuparse por mi salud mental. Llegué al punto de ser detenida por la policía "de manera preventiva" y  "para evitar una tragedia" según dijo el juez. Después de explicarle una y otra vez que solo era literatura, y que era mi propio exorcismo; sin mucho convencimiento me dejó en libertad y debí comprometerme a visitar su despacho una vez por semana durante dos años, y por supuesto, a mostrarle cada una de las páginas que escribiera en ese periodo. Obviamente no se las mostré. Transcribía fragmentos de obras cualquiera y se las llevaba, él las leía con gran interés, desconociendo por completo  que yo solo le enseñaba historias de quinta. En una ocasión no aguanté el deseo de probar hasta dónde llegaba su ignorancia y a la hora de presentarme le llevé la introducción de Cien años de Soledad: "Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano  Buendía habría de recordar aquella tarde remota en que su padre lo  llevó a conocer el hielo...." el juez se mostró fascinado con esa magnífica introducción y me hizo prometerle que la llevaría a feliz término. Paralelo a estos encuentros nunca dejé de escribir acerca de lo que realmente quería escribir : mi familia. Jamás sería capaz de decirles todo lo que se habían merecido por tantos años, jamás sería capaz de cobrarles todos sus desplantes, pero asesinarlos en el papel me producía y me produce un gozo no experimentado jamás.
Me he dedicado a publicar historias que hagan felices a los demás, y después de recibir las regalías tanto económicas como adulatorias, me voy a mi casa a seguir con lo mío.

lunes, 2 de mayo de 2011

Más información de la necesaria

Se lo digo yo que ni me dí cuenta a qué hora le dispararon a mi esposo, seguro fue con un silenciador y por eso yo seguí la charla como si nada hubiera pasado. Fue aquí en esta misma camilla donde  se me murió, como se me han muerto tantos otros. Sí, aquí donde usted está recostada.  Por qué tengo que hablarle de eso? pues para que vea que esto es una simple inyección, no tiene nada de qué preocuparse, las agujas son solo eso, agujas.
Es cierto que muchos no soportaron trabajar en este hospital,  pero yo que llevo tantos años acá le aseguro que está en buenas manos. Usted no sentirá mas que un pinchazo, el doctor viene enseguida.

jueves, 28 de abril de 2011

Desencuentros

I
Lo último que oí antes de verlo correr fue su voz gritando "Todo por culpa del maldito azar". Fueron tantos nuestros encuentros casuales  en una ciudad habitada por millones de personas que era seguro que estábamos destinados a odiarnos.

II
Entre todos los conciertos  que hay en la ciudad, elijo ir al único que me obsequiará una certeza dolorosa. Con la Filarmónica sonando de fondo, es obvio que ellos hacen un hermosa pareja, y yo sobro.

III
Desde mi encuentro con Paul Mc Cartney en una calle de Nueva York supe que las gratas casualidades, solo ocurren una vez en la vida, y demasiadas veces en la imaginación.

sábado, 23 de abril de 2011

1980

Niños, su papá se murió. Ella nos  suelta la noticia sin tener confirmación alguna, solo con la certeza que le da el vacío que ha sentido durante todo el día en el estómago y la llamada misteriosa que acaba de recibir. En minutos la casa se llena de vecinos y curiosos que han tenido información primero que nosotros.  A mí me asusta saber que faltaré al colegio por varios días y seguro el profesor va a castigarme. Veo a los mayores llegar con lentes oscuros y muy acongojados. Le ofrezco a mi abuela un café y ella lo rechaza. Tardo en entender el tamaño de lo que sucede, mi padre no solo se murió si no que se murió para siempre, nunca más, hasta aquí llegó, san se acabó y ahora, qué será de mí en poder de esa señora que nunca me interesó conocer y que dice ser mi madre.

jueves, 14 de abril de 2011

Insomnio

De niña soñaba con estar despierta para ver el momento exacto en que  la oscuridad daba a luz  un nuevo día. Ahora me son indiferentes todos los amaneceres.

miércoles, 13 de abril de 2011

La medicina moderna

Cuando llamé a mi hermana para preguntarle cómo había salido de su operación me contestó que  no tenía ninguna hermana. En ese momento supe que la operación había sido un fracaso. Ella seguía teniendo dañado el corazón.

lunes, 11 de abril de 2011

Principio de realidad

 Nunca la consideré real, yo estaba y ella no, jamás tendríamos que encontrarnos y talvez el simple hecho de no verla jamás, la haría desaparecer lentamente. Sin embargo, una mañana desde que salí de mi casa supe que pasaría, me la topé de frente y tuve que aceptar que la que existía era ella y no yo.

viernes, 1 de abril de 2011

La hermana

Adriana tiene catorce años y es adicta a la heroina. Ayer cuando nadie vino a visitarla, no paró de repetir que su hermana era una perra que la había abandonado en este lugar, su cuerpo empezó a contorsionarse en contra de su voluntad, su mandíbula se desencajó y sus ojos perdieron el rumbo, yo la abracé a la espera de que viniera alguien que supiera qué hacer con ella. No soy sicóloga, pero se que intentará escapar hoy. Y yo la voy a ayudar.

jueves, 17 de marzo de 2011

Huida

Después de encontrar a Martha robando en la administración, yo estaba mas asustada que ella, pensé que me atacaría al verse descubierta. Cuando se me ordenó requisarla en el baño, recordé la primera vez, hace ya tiempo que había tenido que requisar a alguien y sentí nauseas, nunca me he acostumbrado a este trabajo.
Al ver las joyas desaparecidas, entre los senos de Martha, me gustó tener la razón, pero cuando ella empezó a gritarme y a jurarme que esa misma noche escaparía, regresó el miedo sentido unos minutos antes. Eso sí, me di el gusto de decirle que nunca me cayó bien y que no era necesario que se tomara el trabajo de escapar, que yo misma le abriría la puerta, ya que tenerla como prisionera resultaba un completo asco.
Más tarde cuando me pidieron explicaciones de su ausencia, tuve que mentir mostrando las heridas que me hizo mientras la estrangulaba al otro lado de la puerta, convencida que la dejaría ir.

martes, 15 de marzo de 2011

El asombro de Ana

Hasta hace poco creía que en el útero donde habitaba encontraría todo el conocimiento y el calor al que podía aspirar. Ahora que estoy afuera exploro el universo de mi habitación.  Ayer conocí una cosa llamada perro. Es un animal con cuatro patas, mucho pelo y muy divertido. Le gusta mover la cola y probar el sabor de una persona con su lengua. Verlo, me hizo gritar de felicidad. El otro día descubrí algo llamado música que me hizo quedar dormida placidamente.  Los grandes se sorprenden conmigo como si nunca hubieran visto un bebé y yo disfruto siendo el centro de su atención.

sábado, 5 de marzo de 2011

Homónimo

Algunas veces cuando entro a mi correo electrónico me encuentro con uno o dos mensajes de alguien llamado María del Rosario Laverde, me pregunto cómo me encontró y qué pretende al escribirme. Probé cambiando mi dirección pero siempre consigue encontrarme de nuevo, y no se detiene.  Lo que me perturba es que la única María del Rosario Laverde que conozco soy yo, y no recuerdo haberme escrito ningún correo.

viernes, 4 de marzo de 2011

Fotógrafo

La primera vez que vi una foto tomada por él, le propuse por correo que se casara conmigo.  No me importaba si tenía la estatura de Armando Manzanero o el caracter de mi madre, alguien capaz de apropiarse de esas imágenes tenía que ser para mí. A él, la propuesta le sonó, así que vino de inmediato en mi búsqueda. Fuimos  muy felices durante una semana. Aún me topo con sus fotos. La vida no siempre es como uno la planea.

sábado, 26 de febrero de 2011

Mala hija

Cuando supe que mi mamá padecía una enfermedad aparentemente terminal, lloré sin parar durante días.A pesar de estar cerca de cumplir los cuarenta años, me aterró la posibilidad de quedarme huérfana. Vivir sin sus insultos y sus maldiciones parecía quitarle todo sentido a mi vida; acostumbrarme a la paz y al silencio no estaba entre mis planes. En oposicion al pronóstico clínico, mi madre decidió sobrevivir, y permanecer en este mundo por más tiempo. Volvió de su tratamiento con un nuevo repertorio de insultos, y yo, después de haber llorado su pérdida, me negué a recuperarla de nuevo y decidí por mi propia voluntad, no por obra del destino, dejar de verla para siempre.

jueves, 24 de febrero de 2011

Mi madre

Un 31 de diciembre de un año que afortunadamente ya olvidé, mi madre empezó a insultarme desde las nueve de la mañana. Cuando llegó el año nuevo, ella, tan linda, no se había detenido. Tuvieron que pasar muchos años nuevos mas, para que yo pudiera huir de su lado. Donde estoy nadie me reconoce como la hija de la vieja que grita toda la noche. Mi madre es un ángel.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Debí darme cuenta

En nuestra primera cita. Mientras yo levitaba a su lado por la carrera séptima.Fuimos abordados por un mimo de los que hacen imitaciones incómodas, y esperan a cambio una moneda. Este hombre perfecto, al que yo ya veneraba, despachó al pobre mimo entre insultos y maldiciones, hasta que el mimo se vio forzado a recuperar el habla para defenderse. No recuerdo qué sentí en ese momento, a lo mejor creí que ese hombre perfecto se había portado como un heroe, al liberarnos del acoso del personaje, pero la verdad es que debí notar que era un neurótico.

viernes, 18 de febrero de 2011

Cambio de clima

Me niego a andar con una sombrilla en la bolsa a toda hora. A pesar de vivir en una ciudad lluviosa, me resulta un objeto estorboso e innecesario. Disfruto permitirle a la lluvia caer sobre mis ropas y empaparme mientras el resto de la humanidad huye para buscar refugio. Es cierto que a veces me he sentido indispuesta después de un buen chaparrón pero nada me impide repetir mi hazaña de nuevo. Soy adulta y eso me da derecho a caminar bajo la lluvia.
Hoy, cuando una lluvia de lágrimas acompaña mi ataúd, un sol resplandeciente ilumina la ciudad.

jueves, 10 de febrero de 2011

2x1

Querido Dios:
Te propongo un trato. Qué tal si me devuelves a mi papá, y a cambio yo te mando a mi mamá y a mi hermana?
Qué dices?

miércoles, 9 de febrero de 2011

Circense

Ahora tengo una vida común y corriente, paso las noches en la misma cama y voy al trabajo de 8 a 5. Puedo parecer aburrida pero no me importa. Alimentar a los leones nunca me divirtió y me fue imposible caminar en la cuerda floja, no me recuperé de la infidelidad del payaso y me harté de empacar y desempacar.  De vez en cuando sueño que estoy en el circo y soy la estrella.

martes, 8 de febrero de 2011

No me escribas más

No voy a negar que al principio sus correos me llenaban de ilusión, salía temprano de mi trabajo y corría a casa solo para leerla. Ni siquiera consideraba la posibilidad de verla porque temía romper el encanto producido por su amor epistolar. La llamé por teléfono porque ella alguna vez y como quien no quería la cosa mandó su número "por si algún día me quieres llamar". Oir su voz confirmó que era la mujer que soñaba. Llegado el momento de formalizar las cosas ella insistió en el encuentro. No pude negarme, pero ahora sé que debí hacerlo. Apenas la vi y me di cuenta de que era como cualquier otra mujer no quise seguir adelante, y la dejé sentada esperándome en el lugar de la cita. No ha dejado de escribirme.

lunes, 31 de enero de 2011

Malentendido

Cada vez que le decía que lo amaba, él entendía que lo odiaba. Si le decía que estaba loca por verlo, creía que no quería verlo jamás, los más de mil correos que le envié rogándole que volviera, e incluso ofreciéndole que yo iba, los interpretó como una amenaza, si le pedía perdón, él creía que lo consideraba un estúpido, si le compraba una corbata pensaba que planeaba un ahorcamiento nocturno, si le pedía consuelo aseguraba que lo consideraba un sentimental cursi, al final, me dejó por supuesto, por maltrato.

domingo, 30 de enero de 2011

Miércoles

La abuela Gertrudis anunció que moriría el miércoles. Se prepararon desde el domingo. El miércoles en la mañana estaba impecable la casa para recibir a los visitantes, la mesa estaba servida con los mejores manjares y el sacerdote había llegado desde temprano. Ninguno alcanzó a salir de la casa durante el terremoto. Efectivamente la abuela Gertrudis murió el miércoles. Los demás también.

miércoles, 26 de enero de 2011

Defecto de fábrica

Después de haberme convencido  que me amaba se desinfló

Talleres

"Erase una vez una gota que quería caer en el desierto para sentirse útil"
"Ya era tarde, el incendio lo había consumido todo, pero dónde hubo fuego cenizas quedan"
Estos dos cuentos lamentablemente no son mios, son producto de los talleres de creación que he realizado en el Hospital del Sur. El primero es de Patricia Avila, el otro quedó sin firma

miércoles, 19 de enero de 2011

El gran día

Cada vez que nos detenemos en un semáforo la gente no deja de mirarnos como locos.
"Rehabilitación siquiátrica". El letrero de nuestra camioneta siempre llama su atención. Torres se saca los mocos, y Arciniegas, a pesar de la prohibición, asoma la cabeza por la ventana para gritarles insultos a los curiosos. Yo finjo dormir. Imagino las conversaciones en los carros que se detienen a nuestro lado.
- Papá, ¿qué quiere decir siquiátrico?-
- No los mires hijo, están locos.
La última vez que nos sacaron, prometieron que para otra ocasión, nos dejarían alimentar a las palomas de la plaza.Hoy es el gran día.

miércoles, 12 de enero de 2011

Manual para convivir con el desamor obligado

No frecuente lugares conocidos
Cambie de amigos
No lea literatura que lo haga reflexionar acerca de su vida
Vea películas de guerra
Piense frivolidades
Si tiene plata, desperdíciela
Píntese el pelo
Emborráchese con frecuencia
Váyase de viaje. Nunca al lugar donde soñaron ir juntos
No guarde pendejadas
No sea berrietas
No prometa ni deje que le prometan
Visite a su vecina más aburrida
Hágase amigo(a) de la señora de la tienda
Busque palabras nuevas en el diccionario
Si tiene tendencias depresivas no se masturbe, se sentirá como un imbécil
Si por el contrario está dispuesto a gozar solo(a), hágale
Llame con frecuencia su mamá, si viven juntas acompáñela a misa
Busque a sus amigos del colegio
Haga un curso de bisutería, carpintería o macramé
Acepte frente a toda su familia que siempre ha estado equivocado(a)
Si no fuma, empiece
Si no se resiste llame a un viejo amor, más vale malo conocido…
Aprenda los nombres científicos de los árboles que hay frente a su ventana
No escriba poesía si va a decir ridiculeces
Aparente estar feliz, no le dé el gusto a los demás de verlo(a) triste
Vaya al ginecólogo
Contemple posibilidades como Islandia, Johannesburgo o Singapur
No se lamente de su edad
Coquetee a diestra y siniestra, ¿quién quita?
Deje de comer
Si no está dispuesto a dejar de comer por lo menos aprenda a cocinar
No llame, no sea bruto(a). En unos seis meses se le pasará
No escuche a los que dicen “fue lo mejor que pudiste hacer”
No idealice. Esta vez también ud. resultó demasiado para el tipo (sólo para mujeres)
Cuente las estrellas, las cerdas de un cepillo, los pelos de su perro (si lo tiene) o la cantidad de lentejas que caben en una libra (puede utilizar arroz si lo prefiere)
Vaya a los entierros, no importa si el muerto no es suyo
Averigüe por qué parece que los aviones van despacio cuando en realidad van a miles de kilómetros por hora
No haga asociaciones forzadas entre una tontería y una anécdota memorable
Lea En busca del tiempo perdido y no pierda más el suyo
Practique la correcta pronunciación de nombres como Guide, Goethe, Hölderlin, Wittgenstein o Nietzche
Instrúyase, aprende dónde quedan lugares como Teorama, Don Matías o Cicuco
Escuche ska, punk o metal
Siéntese en la plaza de Bolívar a ver pasar gente
No haga balances sobre cuánto amó o lo amaron. Los amorómetros no sirven para nada
Practique toda clase de exorcismos.
¡A mí no me funcionó hacer este listado!


La primera vez que creí morirme de amor escribí esto, mientras veía el amanecer en el parque Centenario de la ciudad de Ibagué. Nunca pensé que fuera a convertirse en un manual de lectura obligada para los corazones rotos en esa ciudad. Hoy quise recordarlo y aunque dejó de ser mío hace tiempo, lo comparto por si alguien está necesitando urgente reirse de sí mismo.

miércoles, 5 de enero de 2011

Tobogán

En los doce segundos que duró el recorrido de sesentaiseis metros en caida libre hacia la piscina, me quité un peso de encima. No podía dejar de sonreir mientras intentaban reanimarme.

lunes, 3 de enero de 2011

Fue sin culpa

Es de muy baja estatura, sus ojos son tristes. En otras circunstancias su aparente fragilidad me obligaría a protegerla; hoy, tomo nota de su declaración. La descripción de los hechos me hiela la sangre. Justifica su historia concluyendo "tuve que hacerlo, no ve que el hombre no se quería dejar robar."

domingo, 2 de enero de 2011

Bipolar

La primera vez que me invitó a cenar me preguntó si yo era bipolar. Temía llevarse una sorpresa como la que se había llevado en su anterior relación. Menos mal no preguntó si era una asesina , no me parece correcto decir mentiras.