jueves, 28 de abril de 2011

Desencuentros

I
Lo último que oí antes de verlo correr fue su voz gritando "Todo por culpa del maldito azar". Fueron tantos nuestros encuentros casuales  en una ciudad habitada por millones de personas que era seguro que estábamos destinados a odiarnos.

II
Entre todos los conciertos  que hay en la ciudad, elijo ir al único que me obsequiará una certeza dolorosa. Con la Filarmónica sonando de fondo, es obvio que ellos hacen un hermosa pareja, y yo sobro.

III
Desde mi encuentro con Paul Mc Cartney en una calle de Nueva York supe que las gratas casualidades, solo ocurren una vez en la vida, y demasiadas veces en la imaginación.

sábado, 23 de abril de 2011

1980

Niños, su papá se murió. Ella nos  suelta la noticia sin tener confirmación alguna, solo con la certeza que le da el vacío que ha sentido durante todo el día en el estómago y la llamada misteriosa que acaba de recibir. En minutos la casa se llena de vecinos y curiosos que han tenido información primero que nosotros.  A mí me asusta saber que faltaré al colegio por varios días y seguro el profesor va a castigarme. Veo a los mayores llegar con lentes oscuros y muy acongojados. Le ofrezco a mi abuela un café y ella lo rechaza. Tardo en entender el tamaño de lo que sucede, mi padre no solo se murió si no que se murió para siempre, nunca más, hasta aquí llegó, san se acabó y ahora, qué será de mí en poder de esa señora que nunca me interesó conocer y que dice ser mi madre.

jueves, 14 de abril de 2011

Insomnio

De niña soñaba con estar despierta para ver el momento exacto en que  la oscuridad daba a luz  un nuevo día. Ahora me son indiferentes todos los amaneceres.

miércoles, 13 de abril de 2011

La medicina moderna

Cuando llamé a mi hermana para preguntarle cómo había salido de su operación me contestó que  no tenía ninguna hermana. En ese momento supe que la operación había sido un fracaso. Ella seguía teniendo dañado el corazón.

lunes, 11 de abril de 2011

Principio de realidad

 Nunca la consideré real, yo estaba y ella no, jamás tendríamos que encontrarnos y talvez el simple hecho de no verla jamás, la haría desaparecer lentamente. Sin embargo, una mañana desde que salí de mi casa supe que pasaría, me la topé de frente y tuve que aceptar que la que existía era ella y no yo.

viernes, 1 de abril de 2011

La hermana

Adriana tiene catorce años y es adicta a la heroina. Ayer cuando nadie vino a visitarla, no paró de repetir que su hermana era una perra que la había abandonado en este lugar, su cuerpo empezó a contorsionarse en contra de su voluntad, su mandíbula se desencajó y sus ojos perdieron el rumbo, yo la abracé a la espera de que viniera alguien que supiera qué hacer con ella. No soy sicóloga, pero se que intentará escapar hoy. Y yo la voy a ayudar.