sábado, 29 de octubre de 2011

Libertad

Cuando le dijo a su padre que pensaba huir hacia Bogotá, él, tímidamente,  la alentó a que lo hiciera. Ambos llevaban demasiado tiempo soportando los insultos de la madre y los dos hijos varones. El padre nunca sería capaz de hacer lo que haría su hija, por eso, hizo lo que pudo para darle ánimo en su aventura. Ella fingió salir para la escuela y él para el trabajo. Antes de subirse al bus, él la bendijo y la besó en la frente. Se sintió tan orgulloso de ella que dejó escapar un par de lágrimas. Fueron más de diez horas de carretera, ella  se mantuvo despierta. Al llegar al terminal los agentes de policía la detuvieron confundiéndola con una ladrona y la encerraron en prisión. Él a veces la llama por teléfono y le pide que le cuente cómo es eso de la libertad.

jueves, 20 de octubre de 2011

Intromisión

 Acostumbraba a olvidar que había mentido y siempre metía la pata. Una vez me dijo por celular que se encontraba en otro lugar, mientras yo lo observaba por la ventana de su casa. Sentía un enorme placer espiando cada uno de sus movimientos, los de él, que siempre estaba protegiendo su vida privada, solo para hacerse el misterioso pues en realidad no tenía nada que ocultar. A veces lo veía  durante horas mirando a un mismo punto y al día siguiente me decía que había estado en una reunión de negocios. Minutos después cuando le preguntaba detalles de la reunión, no sabía de qué  le hablaba. Aseguraba ser una persona muy ocupada, pero era en realidad una persona muy sola. No volví a saber de él desde la madrugada en  que a hurtadillas se subió a un taxi con un par de maletas.