miércoles, 12 de enero de 2011

Manual para convivir con el desamor obligado

No frecuente lugares conocidos
Cambie de amigos
No lea literatura que lo haga reflexionar acerca de su vida
Vea películas de guerra
Piense frivolidades
Si tiene plata, desperdíciela
Píntese el pelo
Emborráchese con frecuencia
Váyase de viaje. Nunca al lugar donde soñaron ir juntos
No guarde pendejadas
No sea berrietas
No prometa ni deje que le prometan
Visite a su vecina más aburrida
Hágase amigo(a) de la señora de la tienda
Busque palabras nuevas en el diccionario
Si tiene tendencias depresivas no se masturbe, se sentirá como un imbécil
Si por el contrario está dispuesto a gozar solo(a), hágale
Llame con frecuencia su mamá, si viven juntas acompáñela a misa
Busque a sus amigos del colegio
Haga un curso de bisutería, carpintería o macramé
Acepte frente a toda su familia que siempre ha estado equivocado(a)
Si no fuma, empiece
Si no se resiste llame a un viejo amor, más vale malo conocido…
Aprenda los nombres científicos de los árboles que hay frente a su ventana
No escriba poesía si va a decir ridiculeces
Aparente estar feliz, no le dé el gusto a los demás de verlo(a) triste
Vaya al ginecólogo
Contemple posibilidades como Islandia, Johannesburgo o Singapur
No se lamente de su edad
Coquetee a diestra y siniestra, ¿quién quita?
Deje de comer
Si no está dispuesto a dejar de comer por lo menos aprenda a cocinar
No llame, no sea bruto(a). En unos seis meses se le pasará
No escuche a los que dicen “fue lo mejor que pudiste hacer”
No idealice. Esta vez también ud. resultó demasiado para el tipo (sólo para mujeres)
Cuente las estrellas, las cerdas de un cepillo, los pelos de su perro (si lo tiene) o la cantidad de lentejas que caben en una libra (puede utilizar arroz si lo prefiere)
Vaya a los entierros, no importa si el muerto no es suyo
Averigüe por qué parece que los aviones van despacio cuando en realidad van a miles de kilómetros por hora
No haga asociaciones forzadas entre una tontería y una anécdota memorable
Lea En busca del tiempo perdido y no pierda más el suyo
Practique la correcta pronunciación de nombres como Guide, Goethe, Hölderlin, Wittgenstein o Nietzche
Instrúyase, aprende dónde quedan lugares como Teorama, Don Matías o Cicuco
Escuche ska, punk o metal
Siéntese en la plaza de Bolívar a ver pasar gente
No haga balances sobre cuánto amó o lo amaron. Los amorómetros no sirven para nada
Practique toda clase de exorcismos.
¡A mí no me funcionó hacer este listado!


La primera vez que creí morirme de amor escribí esto, mientras veía el amanecer en el parque Centenario de la ciudad de Ibagué. Nunca pensé que fuera a convertirse en un manual de lectura obligada para los corazones rotos en esa ciudad. Hoy quise recordarlo y aunque dejó de ser mío hace tiempo, lo comparto por si alguien está necesitando urgente reirse de sí mismo.

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