miércoles, 9 de febrero de 2011

Circense

Ahora tengo una vida común y corriente, paso las noches en la misma cama y voy al trabajo de 8 a 5. Puedo parecer aburrida pero no me importa. Alimentar a los leones nunca me divirtió y me fue imposible caminar en la cuerda floja, no me recuperé de la infidelidad del payaso y me harté de empacar y desempacar.  De vez en cuando sueño que estoy en el circo y soy la estrella.

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