sábado, 26 de febrero de 2011
Mala hija
Cuando supe que mi mamá padecía una enfermedad aparentemente terminal, lloré sin parar durante días.A pesar de estar cerca de cumplir los cuarenta años, me aterró la posibilidad de quedarme huérfana. Vivir sin sus insultos y sus maldiciones parecía quitarle todo sentido a mi vida; acostumbrarme a la paz y al silencio no estaba entre mis planes. En oposicion al pronóstico clínico, mi madre decidió sobrevivir, y permanecer en este mundo por más tiempo. Volvió de su tratamiento con un nuevo repertorio de insultos, y yo, después de haber llorado su pérdida, me negué a recuperarla de nuevo y decidí por mi propia voluntad, no por obra del destino, dejar de verla para siempre.
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Siempre es una medida de tiempo, y el tiempo fue inventado para generar encuentros, fuera de uno mismo no existe; la muerte propia es prueba de ello.Mi vida es el tiempo, antes y después, es medida de otros cuerpos.
ResponderEliminarMADRE ES EL ÚNICO DIOS SIN ATEOS EN LA TIERRA.
http://enfugayremolino.blogspot.com