La primera vez que vi una foto tomada por él, le propuse por correo que se casara conmigo. No me importaba si tenía la estatura de Armando Manzanero o el caracter de mi madre, alguien capaz de apropiarse de esas imágenes tenía que ser para mí. A él, la propuesta le sonó, así que vino de inmediato en mi búsqueda. Fuimos muy felices durante una semana. Aún me topo con sus fotos. La vida no siempre es como uno la planea.
Bendita sea si la vida feliz, plenamente se instaló durante una semana con uds.
ResponderEliminarPasaron 25 años sin verla. De vez en cuando pensaba en ella, mi amor frustrado era infinito. Siempre admiré su forma particular de ver el mundo, de arriba hacia abajo, como dominando la prisa de ese amor que nunca fue.
ResponderEliminarOh, que alegría nuestro encuentro. Ella leyendo sus poemas, apoyada en la mesa oval de madera, y yo sentado en el extremo opuesto,siguiéndola con el recuerdo, persiviendola con ternura. Terminada la lectura me acerque, con cierto temor,le pedí que me anotara su datos personales.Su respuesta fue certera. No vale la pena, mi vida es puro cuento.