Nunca la consideré real, yo estaba y ella no, jamás tendríamos que encontrarnos y talvez el simple hecho de no verla jamás, la haría desaparecer lentamente. Sin embargo, una mañana desde que salí de mi casa supe que pasaría, me la topé de frente y tuve que aceptar que la que existía era ella y no yo.
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