sábado, 23 de abril de 2011
1980
Niños, su papá se murió. Ella nos suelta la noticia sin tener confirmación alguna, solo con la certeza que le da el vacío que ha sentido durante todo el día en el estómago y la llamada misteriosa que acaba de recibir. En minutos la casa se llena de vecinos y curiosos que han tenido información primero que nosotros. A mí me asusta saber que faltaré al colegio por varios días y seguro el profesor va a castigarme. Veo a los mayores llegar con lentes oscuros y muy acongojados. Le ofrezco a mi abuela un café y ella lo rechaza. Tardo en entender el tamaño de lo que sucede, mi padre no solo se murió si no que se murió para siempre, nunca más, hasta aquí llegó, san se acabó y ahora, qué será de mí en poder de esa señora que nunca me interesó conocer y que dice ser mi madre.
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