Intento comparar alguna de mis emociones con la emoción sentida al ver a Triunfo Arciniegas bajando por las escaleras del Hotel Park Way en Bogotá, para salir a mi encuentro y nada se le parece. Si tuviera que dar cuenta de mi vida, elegiría ese momento como el de la felicidad absoluta.
No fue un amor para toda la vida, pero fue toda la vida.
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