Me besaste en Rockefeller Center para
demostrarme lo feliz que te hacía cumplir el sueño de estar en Nueva
York. No me besaste ni una sola vez más en todo el viaje, no me importó, sabía
que no lo harías. Ver tus pies flotando por las calles de Manhattan y tu
sonrisa silenciosa y feliz valía por todos los besos.
Me abrazaste durante diez minutos al salir de la librería de Penn Station después de comprar el libro que siempre habías deseado tener. Entre tus brazos te escuché sollozar. Hoy no me amas, no te interesa ni ser mi amigo, por mi parte yo lleno tu ausencia con mis recuerdos.
Me abrazaste durante diez minutos al salir de la librería de Penn Station después de comprar el libro que siempre habías deseado tener. Entre tus brazos te escuché sollozar. Hoy no me amas, no te interesa ni ser mi amigo, por mi parte yo lleno tu ausencia con mis recuerdos.
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