María está amarrada otra vez de pies y manos. Ayer golpeó al hombre que viene a visitarla. Grita al tiempo con la señora de la habitación del fondo. Lo peor de este lugar fue haber compartido mi espacio con ella. Los médicos dicen que ya me puedo ir a casa, no tardan en venir a buscarme. Yo finjo que todo está perfecto con tal de no tener que seguir aguantándome esta loca.
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