Duró vestida de enfermera varias horas después de haberse dado cuenta que él no iba a llegar. Había recorrido varias tiendas de disfraces buscando el traje más sexy, más vulgar y más a su medida. Nunca había hecho nada como eso, pero complacerlo a él era lo que mas deseaba en la vida y volcó todas sus expectativas en esa noche. Él sería el doctor y ella la enfermera, su relación había llegado a ese punto maravilloso donde cualquier cosa era posible. Ella no podía estar más complacida por su suerte, había encontrado a alguien que no le impedía vivir, solo era su amigo y su amante, no la amarraba a él nada distinto a lo bien que la pasaban juntos. Seguro sería una noche de varios orgasmos, ella le diría que quería hacer el amor en un lugar distinto de la cama como siempre y él seguro la besaría desde el instante en que ella le abriera la puerta. Ella hacía caso omiso de los defectos que había ido descubriendo en él, porque no estaba dispuesta a perder lo que tenían cuando estaban juntos. Ni cuando había estado perdidamente enamorada se sintió tan a gusto. Algunas veces la había plantado y otras le había mentido,en ocasiones él afirmó estar en un lugar y ella lo vio en otro,sin embargo, lo justificaba con explicaciones pobres que rescataban el valor que ella le había dado a su relación. Miró varias veces el reloj, comprobó que su celular estuviera cargado y que el timbre tuviera suficiente volumen, permaneció durante un largo rato de pie para no arrugar su traje, vio demasiadas veces por la ventana y notó cómo se fue apagando la ciudad. El frío le impidió continuar con el traje puesto hasta que amaneciera, se puso la pijama muy a su pesar y las lágrimas le impidieron conciliar el sueño.
Al día siguiente cuando quiso preguntar, él respondió que estaba trabajando y que su vínculo no lo obligaba a dar una explicación, y que pensándolo bien ellos ya no eran nada. Días después, cuando ella necesitó el dinero gastado en el alquiler del traje, se sintió estúpida y perdida.
Microrrelato que desviste la falta de equilibrio por fascinación y el exceso de Buena Voluntad. El costo del traje, solo representa el precio de la ceguera elegida. Me ha dado un paseo por un interior extraño...¿realmente ella ponía el departamento?... Me ha puesto a pensar en esta sociedad actual, donde el clásico modelo masculino pierde potencia, ¿tendrá que ver con ello, que les competimos el terreno en el instinto de buscar cueva para la familia, entonces estas mujeres nuevas los sobreprotegen y no les generan entusiasmo?
ResponderEliminar¿Será parte de la cuestión que atizan los publicistas de los cruceros Gay, porque saben y especulan con que el muchacho con otro muchacho gasta todo en ellos, sin tener que preocuparse por mantener niños durante 20 años e ir cambiando de objetos de consumo?
¿Dónde queda la piel? ¿Por dónde pasa el Amor?
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